¿Por qué un niño necesitaría un transplante de corazón?
Existen enfermedades que pueden ocasionar que falle el corazón. Se trata de las fallas cardiacas. Por ellas además del corazón también se ven afectados otros órganos que no reciben una buena calidad de flujo de sangre, y se manifiestan como la insuficiencia de hígado y de los riñones, principalmente.
Dr. Carlos Alcántara, Cirujano Cardiovascular Pediatra
Este problema se puede presentar en el niño de cualquier edad, y su origen está en dos grupos de enfermedades: las miocardiopatías, cuyo origen es inespecífico y por las cuáles se realizan seis o siete de cada 10 trasplantes de corazón en la actualidad. Los otros tres o cuatro son por cardiopatías congénitas (malformaciones cardiacas desde el nacimiento), que en algún momento de su evolución hacen fallar al corazón del niño.
El tratamiento inicial de una falla cardiaca consiste en administrar medicamentos que ayuden al corazón en su funcionamiento. Sin embargo, llega un punto en que la enfermedad avanza y ya no hay respuesta del corazón. Es aquí donde interviene el tratamiento mediante cirugía, el cual puede ayudar a estos pacientes, hasta llegar al punto final que es el trasplante.
Sin embargo, es muy limitada la disponibilidad de órganos en nuestro país, no sólo por la escasa donación, sino porque el niño debe cumplir ciertas similitudes tanto de peso y tipo de sangre.
Además, únicamente aquellas persona que tienen muerte cerebral se convierten en potenciales donadores.
En la actualidad existen máquinas que suplen el funcionamiento del corazón, los Dispositivos de Asistencia Ventricular, cuya utilidad es recuperar los órganos dañados por la falla cardiaca, y las condiciones generales del niño y ganar tiempo para esperar un corazón.
Actualmente existen en México 23,000 personas en espera de un órgano, no solo corazón, y para ello el Centro Nacional de Trasplantes es quien coordina el programa a nivel nacional.
En el caso del transplante de corazón, una vez realizado los pacientes deben recibir medicamentos para evitar que sea rechazado el “corazón nuevo”. Y los resultados son muy alentadores.