La primera papilla de tu bebé sí puede ser carne
Las reservas corporales de hierro con las que nace un bebé disminuyen y se agotan entre los 4 y 6 meses de vida. Iniciar su alimentación complementaria al seno materno con alimentos que contengan este mineral, como carnes rojas, es vital para garantizar su adecuado desarrollo. Si tienes más dudas después de leer este post, nuestra nutricionista experta, la maestra Pamela Almada Velasco, puede hacerte una cita en Healthy Kids Polanco para orientarte con lujo de detalle sobre la alimentación de tu bebé
El consumo de hierro es vital en la salud de los niños. Los recién nacidos agotan sus reservas corporales entre los 4 y 6 meses de vida. Y justo en ese momento, al llegar al medio año de vida, es recomendable iniciar con su alimentación complementaria, con ingredientes que contengan hierro, como los productos cárnicos y los cereales infantiles fortificados.
Este mineral es fundamental para el crecimiento y el desarrollo del cerebro durante los primeros años de vida. Su rápido crecimiento los convierte en un grupo de riesgo de padecer deficiencia de hierro o anemia por deficiencia de hierro, un problema que afecta a la mayoría de los niños en México.
¿Qué podemos hacer para evitar que los niños crezcan con estas deficiencias que afectan su desarrollo físico y neurológico? Estas son tres recomendaciones básicas para ello:
Asegura la lactancia materna exclusiva por seis meses, ya que el hierro procedente de la leche de mamá es absorbido por el bebé con mucha mayor facilidad que otras leches, fórmulas o alimentos.
La primera papilla de tu bebé sí puede ser de carne. A partir de los 6 meses de vida, la leche materna se debe complementar con alimentos ricos en hierro, como carnes y cereales infantiles fortificados.
El consumo de leche de vaca no se recomienda antes del año de vida de los niños. Se trata de un alimento bajo en hierro. A partir de los 12 meses de vida se recomienda beberla, pero no más de medio litro al día.
¿QUÉ DEBE COMER MI HIJO PARA QUE EL HIERRO LO AYUDE A CRECER ADECUADAMENTE?
El hierro se puede encontrar en alimentos de origen animal (el de tipo “hem”) y en alimentos de origen vegetal (tipo “no hem”). La diferencia entre ellos es que el primero se absorbe más fácilmente por el cuerpo de los niños.
¿Por qué el hierro “no hem” no se absorbe igual? Porque se trata de alimentos con filatos (leguminosas y cereales), taninos (espinacas, cereales, café y té verde), calcio, fosfatos y ciertos tipos de fibra dietética que lo ligan o forman complejos insolubles.
Sin embargo, la absorción del hierro “no hem” puede mejorar si se combina su consumo con otros alimentos que contengan ácido ascórbico, ácido cítrico, vitamina A y otras proteínas animales.
Si consumimos alimentos con hierro “no hem” se deben acompañar con pimiento dulce, zanahoria, brócoli, tomate, fresas, ciruelas, guayabas, naranja, mandarina, lima, grosella negra, kiwi, mango, melón. En el caso de las leguminosas, remojarlos por 24 horas y cocerlas bien es suficiente para remover las sustancias antinutricionales (fitatos y taninos).
¿Cómo podrían quedar estas combinaciones? Aquí unas propuestas perfectas para tus bebés:
Carne de res molida (hem) con nopales (no hem) y gajos de mandarina.
Mango picado (vitamina A) con amaranto (no hem) y crema de almendras sin azúcar (no hem)
Papilla de espinacas cocidas (no hem) con aguacate y gotitas de limón o naranja (ácido ascórbico)
Sopa de lentejas (no hem) con zanahoria picada (vitamina A) y tomate rojo (ácido ascórbico)
Carne de res/cerdo (hem) con arroz (no hem) en salsa de tomate (ácido ascórbico)
Pescado (hem) al limón (ácido ascórbico) con brócoli (ácido ascórbico) y tortilla (no hem)
Pollo a la naranja (hem y ácido ascórbico) con verduras al vapor (no hem)
Cereal infantil fortificado con hierro (no hem) con leche materna (hem) y guayaba picada (ácido ascórbico)